domingo, 16 de agosto de 2015

CUAL HA SIDO TU JOROBA

Estaba Jesús enseñando un sábado en la sinagoga y había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía 18 años: estaba encorvada. Jesús al verla la llamó y le dijo: queda libre de su enfermedad. Le impuso las manos y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
Jesús ve el sufrimiento de la mujer, sabe de antemano cuántos años lleva sufriendo, siendo humillada y rechazada; nunca fue tenida en cuenta en las decisiones de su aldea, o sea, no tuvo vida comunitaria, (socialmente). Estaba condenada a vivir con la cabeza baja.
Muchos de nosotros atribulados por el rechazo, los complejos, la dificultad de comunicarse con el otro, la falta de metas y horizontes, convertimos nuestras penas en tremendas cargas que doblan nuestras espaldas. Vemos todo oscuro, todo igual, siempre mirando para abajo. Se pierde la esperanza. Tal vez la jorobada se había acostumbrado a pasar la vida de esta manera, seguramente como muchos de nosotros. Hay Jorobas que no nos han permitido enderezarnos durante mucho tiempo, y aun estando en Cristo mantenemos esa joroba, no sé si tu joroba ha sido la frustración por un rechazo que has sentido por tu comportamiento, tu forma o manera de vivir, o tal vez sea la situación de un estado sentimental, o financiero y aun te sientes cargada pensando que llegaste a Cristo y te ves en la misma condición que estaba hace tantos años, pero es que a veces llegamos a Cristo y no le permitimos que él llegue a nosotros, y una manera de permitirle a que él llegue a nosotros es permitiéndole que él trabaje en nosotros y haga en nuestras vidas la forma que él quiere. Solo nos cuesta permitirle que el obre en nosotros. Esta mujer Jesús se conmovió con ella y la llamo “MUJER”. Jesús vino y dio nuevo sentido al antiguo testamento, dignificó a la mujer. A partir de allí se encuentra como persona, discípula, testigo y quizá hasta misionera.
Para esta mujer el encuentro con Jesús fue definitivo, cambió por completo su vida. La sanó, la liberó y la salvó.
Así también nosotros, pues es únicamente ese encuentro con el Resucitado lo que cambiará nuestras vidas. Ese encuentro que nos llama a levantar la cabeza y a caminar confiados en Él llenos de esperanza en la vida eterna, gozosos de nuestra salvación.
El acontecer de Dios en la historia de la mujer nos muestra que es una privilegiada, entre los pobres y marginado porque son los más actos para recibir y entender el reino de Dios Lucas 6:20.
En Él, todos somos curados, sanados y salvados. Hombres y mujeres experimentamos el poder misericordioso de Dios a través de Jesucristo. Por eso somos impulsados por la acción del Espíritu Santo, a la alabanza y adoración en acción de gracias. Yo te pregunto ahora:
¿Qué cree usted que hizo la mujer una vez que volvió a la familia?
¿Puedes identificar tus jorobas o las cargas que doblan tu vida?
¿Comprendes el triunfo de Jesucristo sobre tu pecado?


2 comentarios:

  1. Dios los bendiga; está reflexión me a sido de mucha bendición para mi vida espiritual

    ResponderEliminar
  2. Es cierto aveces creemos que estos y bien y le preguntamos al Señor porq no obtenemos lo que tanto anhelamos y es todos los obstáculos que van formando jorobas y nos acostumbramos a vivir con ella

    ResponderEliminar