Ha llegado el momento de arrancar de tu corazón todas aquellas cosas que te
están impidiendo el avance, pues se han vuelto cargas muy pesadas. Están
ahogándote y dificultan tu libre movimiento. Es cizaña que el enemigo sembró en
ti, mientras dormías. Fue en medio de tu labor, de tu tiempo de hacer el
ministerio con verdadera dedicación y en obediencia a mi
llamado. Fueron murmuraciones y críticas sin sentido, que por envidia o por
maldad otros de tus consiervos lanzaron en tu contra; fueron desprecios y
desagradecimiento de aquellos a quienes con tanto esfuerzo serviste; fueron
ataques de gente a quien el infierno impulsó y motivó para desacreditarte y
desanimarte, etc. Todo esto ha llenado tu corazón de tristeza, de dolor, de
amargura y de resentimiento; pero hoy te llamo a que arranques de raíz todo
esto que está en tu corazón y en tu mente, deséchalo, porque solo así podrás
avanzar libremente y entrar a tu nueva estación, solo así serás libre para crecer
y entrar l reino de los cielos
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