La adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu
de Dios. Cuando Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y toda tu
alma” quería decir que la adoración debe ser autentica y sentida, de corazón.
La Alabanza que no brota del corazón no es alabanza, No sirve de nada, es un
insulto a Dios. Cuando adoramos, el mira más allá de nuestras palabras,
observando la actitud de nuestro corazón. La Adoración que agrada a Dios es
profundamente emocional y doctrinal. Con nuestro corazón y nuestra cabeza.
Nuestra adoración debe ser veraz y autentica. Dios nos dio emociones para que
pudiéramos adorarlo con sentimientos intensos; pero esas emociones deben ser
genuinas, no fingidas. Dios odia la hipocresía. Del no quiere teatralidad ni
fingimiento ni farsas en la adoración, El solo quiere nuestro amor sincero y
verdadero, podemos adorarlo con imperfecciones, pero n con falta de sinceridad.
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