Cuando Leo la segunda carta a los Corintios me siento identificado con el apóstol Pablo. Esa carta es la más personal de todas y descubre su humanidad; se ve a un Pablo más humano, habla de sus tribulaciones, angustias, lágrimas, temores, debilidades etc.La gente debe ver en nosotros no solo nuestra espiritualidad sino también nuestra humanidad, que somos vasos de barro, que no somos seres perfectos y que él tesoro de Dios brilla con mucha intensidad en nuestro estuche de barro cuándo reconocemos nuestras limitaciones y debilidades. Somos una amalgama de virtudes y defectos, estamos llenos de temores, dudas, tentaciones, inseguridades, orgullos, timidez, miedos etc; que necesitamos cada día la "Gracia"de Cristo para poder sostenernos.Y olvidarnos del súper hombreqie hay dentro de nosotros.
Pastora
Yerlen Mantilla
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