Una mujer de nombre Débora nos enseña un principio que
llamaremos el principio de la herencia real. Es la herencia de Dios para sus
hijas. En la antigüedad la herencia real era sólo para los hijos, pero hoy la
herencia real es también para las hijas. Hay una herencia muy importante para
la vida de cada hija de Dios y, cuando una hija de Rey sabe quién es, no
anda tratando de convencerse o de convencer a otros. La princesa de Dios sabe
cuál es su herencia. Ella conoce lo que le corresponde, ella no pelea con Dios
para que Dios le apruebe nada. Ella sabe
de quién es hija. Cuando una mujer está segura de quién es, sabe que es
heredera de todas las cosas y lo que le falte lo pide a su Padre. Débora era
una mujer sencilla y humilde. Pero no hay que confundir humildad con autoestima
baja, ella era humilde pero estaba muy clara de quién era y cuanto valía. Es
tiempo de que las hijas de Dios se alineen con lo que Dios ha dicho de ellas...
Es el tiempo de que las hijas de fe, tomen conciencia de quién son hijas. Dios
te quiere con una autoestima saludable, con dignidad, con valor. Dios te quiere
como te creo, reina de su mundo, corona de la familia, socia de su esposo. Dios
no te quiere en competencia con él, pero tampoco te quiere como alfombra de él
o de ellos. Deja de llorar, deja de sufrir, para de lamentarte, arregla tu vida
y repara tu imagen, alégrate, arregla tu rostro y arregla tu vida. Habla
"firme y pisa recio”. Eres hija de un rey, camina con gracia regia, con
postura de realeza, tú vales para Dios. ¡Deja de pelear las excusas! Hay una
niña asustada dentro de ti que necesita ser liberada. Hay una niña intimidada,
quizás víctima de abuso o silenciada que necesita ser libre. Permítele que
salga y se convierta de niña a mujer, de mujer a princesa y de princesa a
heredera de la gloria real. Hay cosas que pusieron sobre ti, que son sobre peso
que alguien añadió y que no es justo que estés cargando con eso. Dios no te
diseño con ese complejo, el no te diseño con ese miedo. El te diseño libre,
bonita con una imagen sana y segura de ser la primera dama de tu mundo. Vive
como tal. Regresa al diseño original de Dios, Él te hizo con una voz, con una
manera de ser, cierta forma de caminar,
El te dio tu propio ciclo de ovulación, tu ciclo es muy tuyo, nadie
puede ovular por ti. Igualmente el ciclo para ovular los sueños que Dios te ha
dado, son únicos y muy privados .No permitas que nadie te haga abortar tus
sueños de princesa. El Rey ha dicho que eres su hija, sueña como tal. Tu
criatura sólo se va a parecer a ti, así que no dejes que nadie te haga
mal-parir. Dale el pecho tú misma y críalo tú. No lo des en adopción. Tu sueño
es parte de tu herencia, no la descuides. Dios te ha puesto en el lugar
correcto y en el tiempo exacto para el alumbramiento perfecto, créelo y puja con
valentía, para que el mundo vea lo que eres capaz de dar a luz. No hay
princesas feas, el único feo es tu enemigo, por eso, busca qué es lo feo que el
puso sobre ti y sácatelo de encima. Si son arrugas de tristeza sácatelas de
encima, si son libras de más, elimínalas, si son canas cámbiale el color o
péinalas con orgullo. Defiende la obra de Dios, tú eres su obra maestra, no te
maltrates a ti misma. Débora sabía claramente cuál era el llamado, su función y
qué tenía que hacer y qué no. Que le tocaba a ella y que le tocaba a otra.
Débora tenía claro su identidad, sabía definirse. Cuando uno no sabe quién es
va a hacer cualquier cosa menos lo que Dios está indicando que se haga. Pero
quién sabe lo que Dios ha dicho, uno será diligente en lo que emprenda. El
Espíritu Santo te ha equipado y te ha preparado para que tengas una identidad
que te permita pararte delante de cualquier dificultad y vencer en el nombre de
Cristo. Cuando te pregunten: ¿Quién eres..? Responde:
"SOY HIJA DE REY, HEREDERA, PRINCESA, PARIDORA DE
SUENOS, MADRE DE MULTITUDES, HIJA DE FE".
Así te llamas hija de fe, princesa real. Las princesas
hablan como Débora: "Yo me levanté, había tanto lío en Israel y ví que
nadie se levantaba, pero yo tuve una palabra de Dios, escuché su voz que yo Débora
me levanté como mujer en Israel". Ser madre de una nación es ser una madre
que sabe influenciar, que sabe decir lo que está bien y lo qué está mal. Ella
sabe caminar, sabe defender lo que Dios le ha dicho. Dios quieres que sueltes
profecía por tu boca y el espíritu se va a mover de acuerdo a la palabra que
sueltes de tu boca (Génesis 1.1). Tal vez tu familia está desordenada y vacía,
tal vez tus hijos estén totalmente desordenados y el espíritu se está moviendo
en tu familia, pero Dios quiere que empieces a soltar palabra, para que el
Espíritu Santo se meta en la palabra y comience a ordenarlo todo, en acuerdo
con lo que profetizaste como hija de Rey. Tienes que seguir declarando la
Palabra y el Espíritu Santo Dios seguirá ordenando todas las cosas
Pastora Yerlen Mantilla
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