sábado, 17 de diciembre de 2016

EL CORAZON DE LA ADORACION ES RENDIRSE Y ENTREGARSE



La Palabra rendición es poco popular, es tan rechazada como la palabra Sumisión. Implica derrota, y nadie quiere ser un perdedor. La rendición evoca imágenes desagradables: reconocer la derrota en la batalla, darse por vencido en un juego o ceder frente a un oponente más fuerte. Si todo se trata de ganar, rendirse es inconcebible. Preferimos hablar de ganar, triunfar, superar las dificultades y conquistar; nada de ceder, someternos, obedecer o entregarnos. Pero la entrega a Dios es el corazón de la adoración. Es la respuesta natural al asombroso amor y misericordia de Dios. Nos entregamos a él, no por temor u obligación, sino por amor, “Porque él nos amó primero”
La verdadera Adoración es agradar a Dios, y se da, cuando nos entregamos completamente a Dios. Ofrecerte a Dios es la esencia de la Adoración. A este acto de entrega personal se le llama de diversas maneras: Consagración que Jesús sea el Señor de nuestras vidas, tomar la cruz, morir al yo, ponerse en manos del Espíritu. Lo que importa es lo que se haga, no como se le llame. Dios quiere nuestra vida: Toda nuestra vida, el noventa y cinco por ciento no es suficiente.
Hay tres obstáculos que impiden nuestra entrega total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión. No nos damos cuenta de cuanto nos ama Dios, queremos controlar nuestra propia vida y malinterpretamos lo que significa la entrega.
HAZ CONFIADO EN DIOS?
La confianza es un ingrediente esencial de la entrega. No puedes entregarte a Dios si no confías en el, pero tampoco puedes confiar en él hasta que lo conozcas mejor. El temor impide entregarnos, pero el amor echa fuera el temor. Cuanto más nos demos cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultara la entrega.
Tal vez algunas veces te has preguntado como harás para saber que Dios te ama? El te demuestra su amor de muchas maneras: Te dice que te ama; nunca te pierde de vista, cuida de todos los detalles de tu vida, te dio la capacidad de disfrutar de toda clase de placeres; tiene buenos planes para tu vida; te perdona y es cariñoso contigo. El te ama mucho más de lo que tú te puedes imaginar.

La mayor expresión de su amor es el sacrificio del Hijo de Dios por ti: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Si quieres saber cuán importante eres para Dios, mira a Cristo con sus brazos extendidos en la cruz, diciéndote “Mi amor es así de grande! Prefiero morir a vivir sin ti”.

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