jueves, 17 de noviembre de 2016

JEHOVA TU ERES MI DIOS.

Padre que tú presencia y el fuego de tu Santo Espíritu, me invadan y me inunde de tu poder y de tu resplandor, que tú presencia llene todo mi existir de tu gracia, no permitas que tu fuego se apague en mí nunca.
Sé que en este desierto no voy a morir de sed ni de frío, porque tú vas caminando conmigo, Tu diseñaste mis vestiduras para estar en este desierto y me colocaste las armaduras para estar aquí en este lugar, me has preparado para este caminar, me hiciste salir garras en mis manos, y muslos de acero en mis brazos. Se en quien he creído, se que de este polvo en donde me encuentro hoy tu me levantaras a otro mejor lugar, aquí en este desierto he ensanchado el sitio de mi tienda, afirmándome más en tu roca. Y me has visto extender las cortinas, y alargar mis cuerdas de la oración, todo esto me ha hecho reforzar mis estacas en la Fe, aumentándose así que puedo ver el cielo tan cerca de mí, y es sentir tú misma esencia y tu fragancia envolverme en este desierto.

Sé que de aquí me levantaras como tu bandera. El día que de aquí me saques no habrá muro ni murallas delante de mí, ni habrá cerrojo de hierro alguno que intente obstruir el camino por donde voy a pasar.


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