domingo, 7 de febrero de 2016

BENEFICIOS QUE RECIBES SI ESTAS EN OBEDIENCIA, HUMILLACIÓN Y SANTIDAD (2 Crónicas 7:11-22)

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” 2 Crónicas 7:14
Dios permitió a Salomón construir un hermoso templo, donde se adorara su nombre continuamente. Pero en su divina sabiduría advierte al pueblo respecto de las cosas que son más importantes. La prioridad en el corazón de Dios no es edificar templos materiales hermosos, sino edificar corazones obedientes en aquellos que le reciben como Señor y Salvador. Las bendiciones de una vida de obediencia pueden perderse si nuestro corazón se aparta del Señor, pero aun es nuestro rebelión, Dios sigue siendo misericordioso y promete sanarnos de nuestra maldad si nos arrepentimos y nos humillamos ante su gloria.
Dios permitió a Salomón construir un hermoso templo, donde se adorara su nombre continuamente. Pero en su divina sabiduría advierte al pueblo respecto de las cosas que son más importantes. La prioridad en el corazón de Dios no es edificar templos materiales hermosos, sino edificar corazones obedientes en aquellos que le reciben como Señor y Salvador. Las bendiciones de una vida de obediencia pueden perderse si nuestro corazón se aparta del Señor, pero aun es nuestro rebelión, Dios sigue siendo misericordioso y promete sanarnos de nuestra maldad si nos arrepentimos y nos humillamos ante su gloria.
El pueblo cristiano tendrá que padecer diversas pruebas mientras se encuentre en este mundo caído, como la delincuencia, la escasez, la injusticia y el menosprecio, y pueden presentarse con tal fuerza, que dañen la moral y aparezcan pensamientos de frustración, dolor, derrota y miedo. Pero aún en la tribulación, Dios sigue teniendo cuidado de su pueblo, y ofrece una maravillosa promesa de sanidad, cuando nace en el corazón del hombre un arrepentimiento genuino, y una total humillación ante su soberanía (v14)
Las promesas del Señor siguen sobre el pueblo, y promete estar atento a las situaciones por las que tenga que pasar, observar con atención sus hechos y escuchar sus oraciones, pero la obediencia sigue siendo una condición fundamental para la bendición del Señor (v15).
La bendición que Dios trae a la vida de los creyentes, cuando toman con valor el reto de vivir en santidad, puede perderse. Aquellos que participaron de estas bendiciones y posteriormente decidieron entregarse al mundo y a su pecado, sin duda caerán en maldición y producirán horror por su situación en quienes los observen (v21-22). La Palabra expone con claridad que nuestro Dios disciplina a los que toma por hijos (Hebreos 12:7), si no lo hiciera no sería un buen padre.

El Señor merece un lugar de exclusividad en nuestra vida, en donde podamos decir con total libertad que es nuestro “Señor” y gobierna con completa autoridad sobre nuestra existencia, relegar a Dios a una segunda o tercera posición nos expone a múltiples padecimientos, pero el peor de todos es, sin lugar a duda, una eternidad de condenación, separados de él por siempre (v19-20).


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